De la formación moral del príncipe
Datos Generales
Tratado sobre la educación moral del príncipe escrito por un polígrafo francés del siglo XIII.
Título del libro: | De la formación moral del príncipe |
---|---|
Título original del libro: | De morali principis institutione |
Autor Original: | Vicente de Beauvais |
Introducción y estudio preliminar: | Carmen Teresa Pabón de Acuña |
Traducción: | Carmen Teresa Pabón de Acuña |
Editorial: | Universidad Nacional de Educación a Distancia-Biblioteca de Autores Cristianos |
Plaza de Edicion: | Madrid |
Año: | 2008 |
ISBN: | 978-84-7914-959-8 |
Páginas: | 318 |
Precios: | Formato papel: 25.00 € Formato electrónico: 5.30 € |
Ficha Catalográfica
Vicente de Beauvais nació a finales del siglo XII y falleció en torno a 1264. Se formó en París y, poco después de la fundación de la Orden de los Predicadores, ingresó en la misma. Poco se sabe de su vida aunque debió ejercer la docencia dentro de la orden de los dominicos. Lo que sí es seguro es que Vicente de Beauvais tuvo mucha influencia en la corte real de Francia, ya que la reina Blanca de Castilla lo escogió como preceptor de su hijo, el rey Luis IX de Francia. A juzgar por la vida del rey Luis IX, este monarca puso en práctica las enseñanzas que, de forma oral y por escrito, el fraile Vicente de Beauvais le enseñó. A petición del monarca, compuso a mediados del siglo XIII el Speculum maius, una enciclopedia dividida en cuatro partes donde el fraile buscaba condensar todo el conocimiento de su época. También compuso obras teológicas y otras obras dedicadas a la instrucción de los hijos del rey y de los nobles, que son De morali principis institutione y De eruditione filiorum nobilium, que constituyen las partes de una obra mayor inconclusa. También compuso la Epistola consolatoria ad Ludovicum regem de morte amici, donde buscaba consolar al rey Luis IX por la pérdida de su hijo y heredero, y que interrumpió la redacción de De morali principis institutione, la cual no concluyó hasta la época comprendida entre 1260 y 1263.
La obra comienza con un prólogo donde saluda al rey y explica la razón de ser de la obra, y donde Vicente de Beauvais da valiosos datos de su propia biografía y expone que su deseo es condensar las enseñanzas de otras obras precedentes sobre el tema de la formación moral del monarca. La obra (en el incunable de Rostock de 1477) consta de 27 capítulos.
El primer capítulo del tratado arranca con una cita de Romanos 12 para establecer cuál es el lugar que ocupan los laicos en el cuerpo de la Iglesia y la posición de los monarcas en el mismo, como cabeza de todos ellos. El resto de los miembros son equiparados a los órganos y partes del cuerpo humano (donde se ve la influencia de Juan de Salisbury). Declara que busca exponer la verdadera doctrina y no adular o agradar. Los primeros siete capítulos son un estudio histórico de la monarquía. En los capítulos 2, 3 y 4 se trata sobre cómo surgieron los reinados, su licitud y la necesidad de su existencia.
Los capítulos 5, 6 y 7 tratan sobre la relación entre el poder terrenal y el poder divino, donde abundan las citas a san Gregorio y san Agustín para ofrecer una visión providencialista de la historia y el sentido de la existencia de malos gobiernos (como castigo a los pecados del pueblo) así como el orden con que Dios rige y cuida todos los pueblos del mundo. En los capítulos 8 y 9 se defiende la idea de que no se deben ambicionar los reinos sino que, por el contrario, se debe aprender a sobrellevarlos, relativizando el valor de los honores y los inconvenientes que padecen los que persiguen el poder por mera ambición.
En el capítulo 10 se trata sobre las tres grandes virtudes que debe tener el príncipe: poder moderado y honesto, sabiduría y bondad, cualidades que se relacionan entre sí, como reflejo de la Santísima Trinidad. El soberano, adornado de dichas virtudes, debe a su vez fomentar en el pueblo el miedo, el orden y el amor. Por otro lado, la justicia que es necesaria para premiar los buenos actos y, sobre todo, para acabar con los malos, debe estar acompañada y matizada por la misericordia.
En el capítulo 11 se desarrolla la importancia de la sabiduría del gobernante, con gran abundancia de citas. Se plantea que el gobernante debe ser sabio en nueve puntos, de los cuales trata los cinco primeros: ordenar sus costumbres; la forma de regir los pueblos sometidos; dar y recibir consejos; las sentencias judiciales; el establecimiento de las leyes o preceptos. En el capítulo 12 se trata sobre el sexto punto (la sabiduría a la hora de elegir a los consejeros y amigos) y en el 13 sobre el séptimo, que versa sobre el conocimiento que debe tener el príncipe para administrar los bienes. En el capítulo 14 se termina de desarrollar la idea del apartado anterior y se trata el octavo punto sobre la sabiduría del príncipe: la dirección de la guerra. Por último, en el capítulo 15 se trata sobre el último punto, que es el conocimiento de los libros y, sobre todo, las Sagradas Escrituras.
Los capítulos 16, 17 y 18 tratan sobre la necesidad de la bondad en el príncipe. Allí se exponen siete razones por las que el príncipe debe apartarse del mal y hacer el bien, se insiste en la bondad de la justicia (con enorme número de citas) y se expone a Carlomagno (cuyo ejemplo ya se menciona anteriormente en la obra) para lamentarse por los vicios de la época y la mezcla de lo bueno con lo malo como algo tremendamente nocivo. En los capítulos 19 al 25 se habla sobre los pecados de los que están junto al príncipe (difamación, ambición, envidia, vanidad, angustia, rivalidad) donde se exponen casos históricos y se hacen duras comparaciones. El autor se lamenta del lamentable estado moral de su época y en estos capítulos alterna el recurso a numerosas citas con partes donde prima su valoración personal. En el capítulo 26 se expone cómo debe reaccionar el príncipe frente a los aduladores y difamadores, concluyendo que el príncipe debe progresar continuamente en virtud y en las prácticas religiosas para poder aventajar a todos en bondad. En el vigesimoséptimo y último capítulo del tratado se advierte al gobernante sobre el peligro de creer a los difamadores.
Globalmente, el tratado trata sobre la figura del príncipe en los capítulos 10-18 y 26-27 y los demás sirven para justificar la existencia de la monarquía por los bienes que puede traer consigo (como demostraría la historia) y para advertir de los peligros que tienen los príncipes tanto por el mal ejercicio del poder que ellos mismos hagan como por la mala influencia que puedan recibir de quienes lo rodean si no sabe escoger a las personas apropiadas para que lo acompañen.
El De morali principis institutione tiene especial importancia por situarse en una época de transición en lo que se refiere a los espejos de príncipes, tratados de teoría política y los planteamientos pedagógicos. Vicente de Beauvais recoge la larga tradición patrística y de los tratados políticos como los de de Jonás de Orléans, el De regis persona et regio ministerio, Sedulio Scoto y el Policraticus de Juan de Salisbury. Vicente de Beauvais hereda la visión organicista de estos tratados y contempla al príncipe como la cabeza del cuerpo político, que debe adecuarse a la virtud y la ley para garantizar el bienestar de su pueblo. También hereda de la tradición altomedieval la idea de que el monarca recibe el poder de Dios y la idea de que el rey debe someterse a las leyes para evitar la tiranía, que le privaría de la legitimidad para gobernar.
Por otro lado, Vicente de Beauvais recoge las grandes novedades intelectuales y culturales de su época, con el desarrollo de la universidad y la escolástica, de la que es un gran representante. Introduce así una visión del poder basada en el ius naturale, de modo que el gobenante lo debe ser por voluntad del pueblo, e incide mucho en la moral natural a la hora de analizar la figura del príncipe y cómo debe regirse a sí mismo y regir la comunidad política. En este sentido, Beauvais se sitúa en los inicios de una potente tradición de tratados políticos y educativos donde figuran Egidio Romano, Santo Tomás de Aquino y otros autores escolásticos y bajomedievales. Dicha tradición se perpetua hasta los inicios de la Modernidad (aunque existen otras tendencias, como las de Marsilio de Padua o Guillermo De Ockham), cuando el Príncipe de Maquiavelo rompa radicalmente con ella.
Por todo ello, es una obra de especial significación, si bien su extensión en la Edad Media fue bastante modesta, lo cual puede deberse al hecho de que, al defender la licitud de la deposición del rey indigno (siguiendo la tradición desde san Isidoro hasta Juan de Salisbury), la obra no fuese del gusto de la corte de los Capeto después de la muerte del rey san Luis de Francia.
1. Edición príncipe y reediciones antiguas
Siendo una obra medieval, se conserva primeramente en diversos manuscritos:
- Öffentliche Bibliothek der Universität Basel (Basilea), A.VII.36, ff. 146r-216v, realizado entre 1458 y1478.
- Corpus Christi College, Parker Library (Cambrige), 325, ff. 153v-192r, realizado antes de1325
- Trinity College (Cambridge), 347 (B.15.11), ff. 71r-93r, realizado en 1430
- Biblioteca Medicea Laurenziana (Florencia), Ashburnham 947, ff. 90v-104v, realizado en la primera mitad del siglo XIV
- Koninklijke Bibliotheek (La Haya), 72 J 53, ff. 1r-33r, realizado a mediados del siglo XV
- Biblioteca Nacional de España (Madrid), 10254 (olim Plut. II. Lt. N, no 7), ff. 45r-64r, realizado en la primera mitad del siglo XIV
- Bodleian Library (Oxford), Rawlinson C 398, ff. 89r-119r, realizado a mediados del siglo XV.
- Merton College (Oxford), 110, ff. 359v-381r, realizado en la primera mitad del siglo XV
- Bibliothèque Nationale de France (París), lat. 13963, ff. 1r-60v, realizado a principios del siglo XIV
- Carolinabiblioteket (Uppsala), C-616, ff. 4r-25v, realizado en la segunda mitad del siglo XIV
Vicente de Beauvais envió una copia de su obra a Luis IX de Francia y a Teobaldo de Navarra, mientras que otra copia quedó en el Studium Generale de Saint-Jacques de París. Estas dos copias originales dieron lugar a dos familias de manuscritos de la obra, llamadas “a” y “b” por R. J. Schneider. Los manuscritos de la familia a no incluyen el prólogo y la obra no va acompañada por ningún otro escrito de Vicente de Beauvais. De dicha familia se conservan los códices lat. 13963 de la Bibliothèque Nationale de France y el códice A.VII.36 de la Öffentliche Bibliothek der Universität Basel. Los manuscritos de la familia b (a los que pertenecen el resto de códices conservados, que a su vez se dividen en otros subgrupos como demostró Schneider) incluyen el prólogo y en ellos De morali principis institutione aparece acompañado de otros escritos del belvocense. Se tiene noticia de la existencia de, al menos, otros cinco manuscritos hoy desaparecidos.
En 1477, los Fratres Domus Horti Viridis (Hermanos de Vida Común) imprimieron la obra en el convento de Rostock bajo el título De liberali ingenuorum institutione pariter ac educatione, a partir de un ejemplar manuscrito hoy perdido.
2. Localización ediciones impresas y ediciones electrónicas
R. J. Schneider estudió y editó la obra en 1995 dentro del Corpus Christianorum de Brepols (Continuatio Medievalis, 137) bajo el título Vincentii Belvacensis “De morali principis institutione”.
Javier Vergara Ciordia llevó a cabo un estudio crítico y traducción al español bajo el título La educación política en la Edad Media: El tractatus de morali principis institutione de Vicente de Beauvais (1262/63) (Pamplona: EUNSA, 2009)
Ediciones electrónicas:
Irina Nanu publicó una edición crítica y traducción editó de la obra en Memorabilia: Boletín de literatura sapiencial, vol. 7 (2003), disponible en http://parnaseo.uv.es/Memorabilia/Memorabilia7/Irina/texto.htm